Al entrar a la sala escondida en las montañas, despues de una larga caminata de 3 días con las suficientes provisiones...siento una ancestral presencia que me llama.
Comprobar si eres digno o no es algo que ellos mismos ven en el camino, por mi parte creo que ya habia probado suficiente en el tortuoso camino para llegar a la cima de la montaña.
Me siento en un piso alfombrado con piel de lobo intentando recuperar el aliento, cuando me siento mas repuesta avanzo por unas galerías...parecen antiguas.
Despues de recorrer por unos minutos el pasillo hay un gran salón adornado con antorchas y esculturas de disntintos lobos, tambien hay personas...en medio de todo un gran pergamino enrollado. Me decido a abrirlo sintiendo el nerviosismo del momento. Una larga lista de ninjas rellenaban los espacios con sus nombres.
Suspiro un momento y me muerdo el dedo haciendo un sonido "crack" al saltar un poco de sangre
-bien aqui voy...mi nombre y el fin del pacto
Recuerdo los sellos, las cosas que me enseñaron y la gran potencia de mis nuevos compañeros..voy marcando con relajado temple cada una de las letras de mi nombre en sangre, al terminar el pergamino se cierra y las antorchas se apagan un lobo a mis espaldas esta mirando y junto a él un ninja de no se que aldea.
-Veamos ya lo has echo? si llegaste hasta aqui fue por algo...buena suerte compañera de manada...sigue las huellas del gran lobo y no perderas tu sendero de ninja
desaparece, las antorchas prenden otra vez y regreso por mi nuevo camino, espero volver alguna vez a aquel sitio.